Una de las principales pesadillas del comercio electrónico es la protagonizada por los web skimmers, unos fragmentos de código malicioso que, inyectado en una tienda online, permite al atacante obtener los datos de las tarjetas de crédito empleadas en las transacciones que se efectúen en la misma. Es importante diferenciarlos del malware que se sitúa en el lado del cliente para registrar sus pulsaciones de teclas, hacer capturas de pantalla etcétera. Y es que este último puede robar los datos de un usuario, mientras que los web skimmers comprometen la seguridad de todos los clientes de la tienda afectada.