Lo de Correos con el phishing es, sin duda, una relación de amor-odio. Más concretamente, parece que los ciberdelincuentes adoran a Correos, mientras que la empresa estatal, responsable de prestar el servicio postal universal en España, debe ver cada día con más preocupación y desagrado el modo en el que los cibercriminales llevan a cabo, especialmente estos últimos meses, campañas de engaño empleando su imagen.