Autoridades de ese país apuntan que dicha estrategia debería cubrir una serie de puntos esenciales.
Estados Unidos quiere que uno de los resultados de la cumbre del G7 en Cornualles (Reino Unido), en la que tiene previsto participar el presidente Joe Biden, sea el comienzo de un "plan de acción" frente a los ciberataques.
Así lo declaró este lunes el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en una rueda de prensa en la Casa Blanca, donde apuntó que dicha estrategia debería cubrir una serie de puntos "esenciales".
"El primero, cómo abordar la robustez y la resiliencia de nuestras defensas frente a los ataques con 'ransonware' de manera colectiva; el segundo, cómo compartir información sobre la naturaleza de la amenaza entre nuestras democracias; y el tercero, cómo tratar los retos que plantean las criptomonedas", enumeró el responsable estadounidense.
Sullivan aseguró que también es importante "hablar con una sola voz frente a aquellos países, incluido Rusia, que albergan o permiten a los ciberdelincuentes operar en su territorio".
El asesor de seguridad nacional adelantó que Biden también quiere tocar este asunto en la cumbre de la OTAN en Bruselas, en concreto en lo que se refiere a los ciberataques contra infraestructuras.
El presidente estadounidense emprenderá el miércoles su primer viaje internacional desde que llegó al cargo, que lo llevará a Cornualles, Bruselas (Bélgica) y Ginebra (Suiza) del 9 al 17 de junio.
En Cornualles participará en la reunión del G7; mientras que en Bruselas tiene previsto acudir a la cumbre de la OTAN, y a otra entre EUA y la Unión Europea, y en Ginebra se encontrará con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
EUA ha sufrido recientemente dos importantes ciberataques de "ransomware", que bloquean sistemas informáticos que no son liberados hasta que compañías o instituciones pagan un rescate a los piratas informáticos.
A finales de mayo, la empresa JBS, la segunda mayor procesadora de carne del país, sufrió uno de estos ataques y se vio obligada a suspender temporalmente sus operaciones.
Semanas antes, la compañía Colonial Pipeline, propietaria de varios oleoductos en EUA, fue blanco de un pirateo similar, esta vez lanzado por la organización criminal DarkSide con sede en Rusia, que afectó durante días al suministro de combustible en la costa este del país.
Las autoridades estadounidenses han acusado a piratas informáticos radicados en Rusia de estar detrás de estos ataques, pero han descartado que el Gobierno ruso esté involucrado.
A finales de 2020, varias agencias del Gobierno y grandes compañías estadounidenses fueron atacadas a través del programa SolarWinds, del que Washington sí responsabilizó a Moscú.
Créditos: El Siglo de Durango